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GESTIÓN EMOCIONAL EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE


Carolina Carmona Alba

Coach Ontológico The Newfield Network

Miembro International Coach Federation ICF

Fundadora de Con-Sentido


En los tiempos de incertidumbre en que nos está tocando navegar, la gestión emocional -en todas sus formas- es cada vez más relevante y urgente.

En un momento sentimos cansancio, nos asustamos, llega el temor y al otro; rabia o estamos exultantes de alegría, quizás con tristeza o miedo porque nos hemos visto de frente con la certeza de que somos seres humanos finitos. En ternura infinita ante la sonrisa de un niño y ¿por qué no?; en pasión erótica desbordante. A veces sentimos la profunda compasión por nosotros mismos y de otros y otras, una sentida gratitud que viene y va, el amor nos invade, nos llena el alma... o la desconfianza que a veces nos atrapa en sus redes.


Como dice mi querida amiga y creadora del método Alba Emoting, Susana Bloch en uno de sus libros: “Imaginémonos que las olas son como las emociones y que pueden alcanzar dimensiones enormes. Podríamos decir que, en la vida, nuestras emociones fuertes generalmente nos tumban, nos invaden, dejándonos indefensos.”


En los talleres que imparto sobre gestión emocional, intento desenredar esta madeja de forma simple y sencilla partiendo por la definición, lo lógico, lo que todos suponemos que sabemos, sólo lo sentimos y no siempre entendemos.

¿Qué interpretar o contestar cuando alguien nos pregunta?: “¿Cómo te sientes?” o cuando decimos: “¡Estoy emocionado!” ¿Qué nombre le pongo a lo que estoy sintiendo? a veces no lo sé.


Somos analfabetos emocionales.


En la niñez teníamos más libertad para expresarlas, en la medida que vamos haciéndonos adultos la sociedad y el sistema nos enseña a no mostrarlas o exponerlas en demasía. Si lo haces: pasas a ser un poco raro, infantil y muy sensible ¡nos enseñan más bien que hay emociones positivas o negativas! “no te pongas triste, los hombres no lloran, que feo una niña enojada.”


Aún pensamos que las emociones nos impiden pensar claramente.


La buena noticia es que podemos aprender a descifrar y leer a otros emocionalmente, podemos ir uniendo nuestro alfabeto emocional, podemos aprender a ser conscientes de ellas y desde ese lugar gestionarlas, modelarlas en forma efectiva, bajar o subir el volumen e insisto en esta palabra: “conscientemente“. La ola no nos dará vuelta en la arena, podemos esquivarla o subirnos a ella para fluir sin desgastarnos tanto. Nadar la emoción en forma armónica.


Entonces…


Desenredando…


¿Qué es una emoción?


La palabra emoción deriva del latín emotio, que significa “movimiento/impulso”.

La emoción es un estado fisiológico corporal que está asociado a un patrón de comportamiento característico y es una respuesta a un estímulo. Además, eso está acompañado por un determinado ritmo cardíaco, tipo de respiración, hormonas, neurotransmisores del cerebro, siendo la amígdala (situada en el sistema límbico, en nuestro cerebro) el principal núcleo de control de ellas. Las emociones tienen una función adaptativa.

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de percepciones, actitudes y creencias sobre el mundo. Cada uno de nosotros experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de s


us experiencias anteriores, aprendizajes, temperamento y de la situación concreta.

No todas las personas nos emocionamos ni nos sentimos igual: todo está teñido por nuestra historia, por el entorno social y geográfico y claramente no nos emocionamos igual si somos ingleses, japoneses o latinos.


Como explica el biólogo Humberto Maturana “(...)todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, son seres emocionales, los cuales pasan a ser racionales con la llegada del lenguaje” es decir: estamos siempre emocionando. Si hasta cuando dormimos estamos emocionando de acuerdo a lo que soñamos.

Todas las emociones son igual de importantes y no son negativas ni positivas ¡simplemente son!.


Entonces…


¿A qué me impulsan las emociones?


A un mundo de acciones diferentes. Ese es el gran poder de la alfabetización emocional, por eso es tan importante tener consciencia, porque es la clave o más bien el momento de la lucidez.


Así me permito escoger y abrir posibilidades, la incertidumbre genera un espacio de diferentes escenarios y disyuntivas, me pone en un camino con varios senderos a seguir sin tener mapa, brújula -y menos- el control.

Puedo escoger cómo transitar o navegar, en qué emoción o estado de ánimo (esto sí está a mi alcance) por eso es tan relevante, tan necesario, hoy el autoconocimiento y la gestión emocional.




 

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